En una época geológica no demsiado lejana, leí un precioso texto de Herman Hesse titulado "Obstinación". De la lectura, me nación el impulso de escribir un textículo (ja!, existe) sobre mis impresiones al respecto. Hesse identificaba la obstinación con el sentido propio, tantas veces contrapuesto al "común"... y aquello me agradó profundamente. Una voz interior me animaba a ser obstinado (en ese sentido) y yo la escuchaba y la seguía. Aún hoy lo hago en muchas ocasiones, mil años después de que casi elevara la obstinación a la categoría de virtud.
Rosalía de Castro a pesar de Manuel Murguía
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Madrid 1856 - calle Alcalá-
La joven Rosalía emprende la aventura del viaje a Madrid que marcaría para
siempre su destino, tanto personal como literario, ...
2 comentarios:
En una época geológica no demsiado lejana, leí un precioso texto de Herman Hesse titulado "Obstinación". De la lectura, me nación el impulso de escribir un textículo (ja!, existe) sobre mis impresiones al respecto. Hesse identificaba la obstinación con el sentido propio, tantas veces contrapuesto al "común"... y aquello me agradó profundamente. Una voz interior me animaba a ser obstinado (en ese sentido) y yo la escuchaba y la seguía. Aún hoy lo hago en muchas ocasiones, mil años después de que casi elevara la obstinación a la categoría de virtud.
Cien besos, farera mía.
Veamos... tiene un blog visualmente pecioso. Las citas...
precisamente elegidas.
El sentido común es la abstracción universal de la ausencia de sentido. Mejor prefiero el sentido individual que converge en la negociación.
Un beso, desde La Tierra, nave en desvarío.
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